Las Marchas de la Dignidad hemos acordado que la primera acción de continuidad del 22M sea una jornada de lucha contra el paro masivo. Hay más de seis millones de razones para esta movilización. Somos más de seis millones de personas en todo el Estado español las que estamos sufriendo el drama del desempleo. La mitad no recibimos ninguna prestación y un millón y medio recibimos la ridícula ayuda de 426 €.
En Andalucía, tenemos un 36% de desempleo que se eleva al 65% en el caso de la juventud. En Málaga, 300.000 personas no tienen un empleo.
En la enseñanza 4500 docentes fueron arrojados al paro, casi mil monitoras han sido despedidas y miles de trabajad@s - intérpretes de lenguja de signos, apoyos, limpiadoras, etc- están en las más nefastas condiciones de precariedad debido a la externalización de muchos servicios educativos.
El paro masivo es la demostración palpable de la ineficacia de un sistema, el capitalismo, que sólo favorece a los intereses de los poderosos y de unas políticas fracasadas, las de la Troika, que sólo miran por los bancos y las grandes empresas y castigan a las personas.
La última reforma laboral, presentada a bombo y platillo como la solución, ha resultado un desastre para la creación de empleo. Cada minuto se destruye un empleo, y el que se genera es precario, es la expresión gráfica del fracaso absoluto de las políticas neoliberales.
No nos engañemos. La reforma laboral va asociada a un conjunto de ataques contra las conquistas y derechos de la mayoría social. El recorte de las pensiones, la reforma de la administración local, la reforma educativa, el desmantelamiento de las ayudas a las personas dependientes, el pago de la deuda, el aumento de la edad de jubilación, la destrucción de los servicios públicos de sanidad, justicia o educación, la pérdida de poder adquisitivo, la esclavitud hipotecaria, la precariedad laboral, los desahucios, la involución en las políticas de igualdad… forman parte de una brutal ofensiva contra los de abajo, contra la clase trabajadora, contra la ciudadanía, contra el pueblo.
Una ofensiva que busca robarnos derechos para engrosar sus beneficios y sus cuentas en los paraísos fiscales. Prueba de ello es que desde que estalló la crisis ha crecido el número de personas millonarias mientras el número de personas con pobreza severa se ha doblado.
Ante este escándalo la respuesta del poder establecido siempre es la misma: la represión, que busca criminalizar la protesta social ante los desmanes de los gobiernos. Una represión que vivimos especialmente en la jornada del 22M y días posteriores. Una criminalización ejecutada desde todos los ámbitos, incluidos los medios de comunicación oficiales, y desplegada como cordón sanitario para tratar de impedir que la población se una masivamente a la lucha.
Hoy queremos recordar a dos compañeros que están sufriendo injustamente la represión y la cárcel. Miguel, de 20 años, e Ismael, de 18. Dos jóvenes inocentes que están sufriendo en sus carnes la represión brutal de este gobierno que pretende con su Ley Mordaza y sus conspiraciones para-policiales convertir la movilización ciudadana en un conflicto de orden público.
Nuestra respuesta tiene que ser la de la movilización, la organización y la unidad. Y avanzar, tal y como lo estamos haciendo, para dar más y mejores respuestas a cada uno de sus ataques. El primer paso, debe ser darnos cuenta de que la solución la debemos encontrar colectivamente y que no será callando como empezaremos a hacerla realidad. Hay que tomar las riendas. No es hora de esperar que nos solucionen nuestra vida. Es hora de organizarse e iniciar la construcción de una sociedad más democrática e igualitaria, con un modelo productivo y económico sostenible, al servicio de las personas.
Esta es una movilización por el empleo digno, contra el pago de la deuda, por la renta básica, por los derechos sociales, por la libertades democráticas, contra los recortes, la represión y la corrupción, por una sociedad de mujeres y hombres libres; es un acto contra el capitalismo, y su expresión en el Estado español, el régimen borbónico, y unos gobiernos que nos agreden y no nos representan.
La Dignidad sigue en la calle exigiendo
PAN, TRABAJO Y TECHO.
NO AL PAGO DE LA DEUDA
FUERA LOS GOBIERNOS DE LA TROIKA
TRABAJO DIGNO O RENTA BÁSICA
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