(A quienes afean a Marea Verde su postura sobre la educación telemática
y la acusan de hacer el juego a la derecha)
Los comentarios cuestionando la postura de Marea
Verde sobre las clases online durante la emergencia social provocada por la
pandemia de coronavirus, una vez descartado que hayan sido dictados por la mala
fe, por la ingenuidad o por el cinismo, tal vez sean el fruto de una deficiente
comprensión lectora achacable quizás a la ceguera inducida por el enrarecido
ambiente ideológico impuesto por el estado de alarma policialmente vigilado.
Desde todos los frentes y medios
se nos conmina a acatar y obedecer. Se nos prohíbe criticar y reivindicar mientras dure “esta situación excepcional”. ¡Se nos manda a callar! Ni más
ni menos que porque vivimos una “situación
excepcional”. Así justamente
razona el poder policial y militar que
el poder civil, con la “ley mordaza” en una mano y las estadísticas de muertos
en la otra, ha puesto al frente para la gestión de la emergencia social y
sanitaria. Tampoco podía falta la
acusación, habitual desde el progresismo
pequeño burgués de tantos enseñantes, de que quienes se atreven a cuestionar
esta gestión le están haciendo el juego
a la “derecha”, actuando poco menos que como aliados del fatídico virus.
Por supuesto, quienes escriben y
difundes estos comentarios acusando a Marea Verde de “hacer política” y, sin
contradicción con lo anterior, de ser
“izquierdista”, creen que ellos, al
escribir esos comentarios no están haciendo política: la suya es la única forma
legítima de hacer política en un estado de alarma, forma suave del estado de
excepción.
Los continuos llamamientos a
“arrimar el hombro” olvidan que hacer “un esfuerzo” por el bien de nuestro
alumnado, por ejemplo, no es
necesariamente hacer lo correcto desde un punto de vista social y mirando al
futuro inmediato, al Día Después de
la pandemia.
No se agradecerá nunca
suficientemente a Saramago su enorme lucidez.... Esta ceguera mental,
ideológica y psíquica que se propaga sin control en el campo educativo es un virus
mucho más peligroso que cualquier otro pues desconecta de la realidad y anula
las defensas de la racionalidad.
Marea Verde hace bien en alertar
sobre algo que debería ser evidente: se está gestionando esta crisis, una
catástrofe social, como si de una guerra se tratara y con los instrumentos de
poder bien conocidos del neoliberalismo ( no solo del neoliberalismo económico).
Si la anterior crisis provocada por el
crash financiero fue una oportunidad para afinar y extender dichos
instrumentos, la presente se está ya aprovechando para dar una vuelta de tuerca
más venciendo las resistencias que aún impedían su despliegue. Mientras
obedientemente teletrabajamos, Imbroda, Celaá y cía construyen el futuro con la
ayuda de la ceguera cómplice de un sector significativo del cuerpo
docente. El caso de la
enseñanza/educación telemática es en este sentido paradigmática: la
“uberización” de la relación pedagógica es lo que se está experimentando estos
días.
Marea Verde hace bien en
denunciar que si las desigualdades sociales ante la escuela y la cultura
escolar, así como la relegación escolar de que son objeto los sectores más
desprovistos de “capital” cultural, social y económico, son un grave problema
en la relación pedagógica presencial, problema que tiende a ser invisibilizado -¡otra vez la
ceguera!- tras la cortina ideológica del “merito” o el “talento”, con la
relación pedagógica “uberizada” y telemática queda completamente excluido del
campo no solo de lo visible, pues
hacemos desaparecer el problema de nuestra vista físicamente, sino de lo
posible y de lo imaginable.
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